Primer van ser les illes pel turisme, ara altres regions comencen a veure com molts funcionaris marxen a altres comunitats autònomes per l'augment del preu de l'habitatge.
Durante mucho tiempo, las grandes ciudades como Madrid fueron tierra de las oportunidades para aquellos que querían obtener una plaza en el sector público. En los años de la crisis, mientras algunas comunidades limitaban el número de oposiciones, otras como la capital concentraban el mayor número de plazas en cuerpos como los de la Administración General del Estado. Sin embargo, a muchos funcionarios ya no les salen las cuentas, a medida que el coste de la vida y el precio de la vivienda han aumentado a un ritmo mucho más rápido que sus sueldos.
Por eso, cada vez más funcionarios de determinados sectores como Educación, con plaza en algunos de los puntos calientes del mercado inmobiliario (como Madrid, Cataluña, las islas Baleares o Canarias) solicitan el traslado en cuanto tienen la oportunidad. Algunos de ellos vuelven a sus lugares origen, pero incluso los locales empiezan a plantearse la posibilidad de probar suerte en otras comunidades autónomas.
“En Madrid estaba pagando 700 euros por un apartamento de una habitación en Villaverde, que es lo que pago ahora en Santander por una casa con dos habitaciones en el centro”, explica Óscar Soria, un profesor de Educación Infantil de 48 años, que después de trece en Madrid decidió emigrar a través del concurso de méritos. En su caso, no lo hizo a su localidad natal, Soria, sino a una comunidad autónoma distinta. Lo que tiene claro es que no piensa volver a la capital: “Había perdido poder adquisitivo, aquí ahorro mucho más porque, además, los sueldos son más altos”.
El de los profesores es uno de los ejemplos más claros, aunque también ocurre con otros funcionarios del grupo A1 o A2 como las enfermeras. El sindicato STEM acaba de publicar un informe en el que se muestra cómo el profesorado empieza a marcharse de la capital en los concursos de traslados. Tanto en Madrid como Barcelona, Canarias, Baleares y Andalucía, el saldo es negativo durante la última convocatoria. Por el contrario, es positivo en Valencia, Castilla-La Mancha, Murcia o Castilla y León.
“Aunque es multifactorial, estamos convencidos de que la vivienda en una comunidad como Madrid es un factor clave”, explica Sergio López, encargado de la redacción del informe. La mayoría de consultas que recibe el sindicato es de profesores a media jornada que preguntan por las compatibilidades. “De profesor a media jornada ya es imposible vivir en Madrid, más con un empleo como este que te supone llevar mucho trabajo a casa”, explica. Según sus datos, el número de profesores que se marcha de Madrid se ha multiplicado por seis desde 2019. “Madrid no tiene unos salarios acordes a su nivel de vida, las zonas urbanas de Cataluña tampoco”, añade.
Si cogemos, por ejemplo, el sueldo bruto de los maestros y profesores de secundaria en Madrid (sin contar ni trienios ni otros complementos), y lo comparamos con el precio medio de un piso de 60 metros cuadrados en la capital, la subida del alquiler es casi el triple que la del sueldo desde 2019. Una subida de algo más de un 12% en los salarios pero una variación del 36,5% en el precio del alquiler. Además, otras comunidades ofrecen mejores retribuciones, como País Vasco o Navarra.
“Cuando llegué a Madrid en 2013 pagaba por un piso de 50 metros cuadrados 500 euros, y ahora cuesta 1.100”, explica Marina Llamas, una profesora de secundaria de 36 años. “Antes podía pagarlo yo sola, ahora no”. Así que ha pedido el traslado y acaba de conseguir plaza en su ciudad natal, Salamanca. “Estás haciendo que profesores de 30 o 40 años tengan que compartir piso”, lamenta. No se trata solo de docentes. Otras amigas enfermeras también se han vuelto a Salamanca.
Cuando las barbas del vecino veas cortar...
El mes pasado, los funcionarios de Cultura en Madrid denunciaron que algunos de sus trabajadores, como los auxiliares de bibliotecas, archivos y museos apenas llegaban al salario mínimo interprofesional. Algunos incluso se veían obligados a renunciar a su plaza. “Después de todo el proceso de haber estudiado una oposición y de aprobarla renuncian, por ejemplo, si les toca destino Madrid, porque con ese salario no pueden vivir”, denunciaba una facultativa de bibliotecas en la SER.
Durante mucho tiempo Madrid fue el destino ideal para todos aquellos opositores que deseaban encontrar destino, ya que en los años de la crisis era una de las regiones donde más fácil resultaba opositar para determinados puestos. Es lo que le ocurrió a Llamas. “Cuando llegué a Madrid en la época de la crisis era al revés, en otras comunidades no había oposiciones y aquí sí, y además, el precio de la vivienda aún era normal”, explica.
Otro de los factores clave son las distintas retribuciones que perciben los funcionarios en unas comunidades u otras así como el número de horas trabajadas. En su nuevo destino salmantino, por ejemplo, Marina presume de que tendrá tres horas lectivas menos y dos horas menos de presencia en el centro: “En Madrid todo está más caro, pero trabajamos más y cobramos igual”. Por eso, incluso sus tíos, profesores jubilados, empiezan a entender por qué prefiere vivir en un lugar más pequeño.
Por lo general, la mayoría de estos funcionarios emigrados tienen como destino su ciudad natal. Llegados a determinada edad y una vez que la vida de la gran urbe ya no compensa los sacrificios económicos, prefieren una vida más tranquila y la posibilidad de ahorrar para comprar una vivienda. “Hay mucha gente que se está volviendo a Oviedo o a Logroño”, explica Javier V.C., profesor de 47 años. Pero también empieza a aparecer otro perfil.
“Hay incluso gente de Madrid de toda la vida que se quiere ir porque las condiciones no le rentan y se plantean marcharse a La Mancha o a alguna región vecina y vivir bien”, añade. Pone el caso de una compañera de la capital que aprobó las oposiciones en Madrid y Andalucía al mismo tiempo y decidió probar suerte en el sur. U otra que se fue a Badajoz y se compró un piso por 20.000 euros. “El que no se va es porque no puede”. En algunos casos, se instalan en las comunidades limítrofes con Madrid como Castilla-La Mancha o Castilla y León, donde se puede acceder fácilmente a la capital viviendo por mucho menos dinero.
El caso de Cataluña es particular. Muchos profesores también se han marchado de la Ciudad Condal: un estudio realizado por UGT sobre movilidad mostraba que tanto en Madrid como en Cataluña los docentes preferían destinos fuera de esas comunidades autónomas en búsqueda de mejores condiciones sociolaborales. 365 se habían marchado de Cataluña el último año, 147 maestros y 218 pertenecientes al resto de cuerpos.
No es tan claro en el caso de la medicina, porque como explican desde Metges de Cataluña, no es habitual que un médico solicite el traslado a otra comunidad. No obstante, una encuesta realizada por el sindicato el año pasado mostraba que el 39% de los MIR de Cataluña no se veían trabajando en el sistema sanitario público dentro de 10 años. En 2024 sobraron alrededor de cien plazas en los centros de atención primaria, un aumento sustancial respecto a los 36 del año anterior. En su caso, es una mezcla de sobrecarga de trabajo, largas jornadas y bajos sueldos, que provocan que siete de cada diez se planteen marcharse al extranjero una vez terminen la formación.
Las islas, el canario en la mina
Durante los últimos años, los medios de comunicación baleares han contado historias de guardias civiles destinados a Baleares durmiendo en furgonetas compartiendo piso ante la imposibilidad de pagar una vivienda. Como explicaba el vicepresidente de la Asociación Independiente de la Guardia Civil Daniel Fernández, “en Ibiza se han incorporado nuevos funcionarios públicos y muchos de ellos carecen de ingresos suficientes para pagar un alquiler que en esta isla ronda los 2000 euros”. Las casas cuartel no eran capaces de dar cobijo a toda la demanda.
"Imagina sacar una oposición y renunciar a la plaza porque no puedes traer a la familia"
Las Baleares, y en concreto Ibiza como isla turistificada por excelencia, ha sido la primera comunidad donde los funcionarios han empezado a ser expulsados por el aumento del coste de la vida y del habitatge, como explica Fernando Martorell, portavoz de la Plataforma Insularidad Digna. “Cada día nos vemos con menos funcionarios, las plantillas están un 25% por debajo de la media y eso provoca que el servicio para el ciudadano sea peor”, explica.
Muchos funcionarios destinados a Baleares pronto ven cómo no les salen las cuentas. “Llegan con 1.300 euros de sueldo y ven que por menos de 1.000 es imposible alquilar una casa medianamente digna, así que en cuanto pueden se marchan”, explica Martorell. “Donde antes había cinco funcionarios, ahora hay dos que se van y hay que volver a empezar”.
No se trata únicamente de que las Baleares no sean un destino deseado, sino que también registran casos de renuncias a la plaza. “Imagínate sacar una oposición y renunciar porque no puedes traerte a la familia”, añade Martorell, que describe alguna de las escenas que ha visto como de “ciencia-ficción”, como los casos de “ciertos pisos donde conviven cuatro o cinco compañeros”. El sindicato cumple también la función de buscar vivienda a los funcionarios destinados a las islas.
El mejor ejemplo tuvo lugar antes de la pandemia, cuando 300 aprobados en las oposiciones de Tramitación y Gestión procesal del Ministerio de Justicia fueron enviados a Baleares “en plena burbuja del alquiler”. “Hicimos un seguimiento y dos años después, más del 85% se habían marchado de aquí”, lamenta Martorell. “Solo un 15% se quedó, y posiblemente porque no tuvieron la posibilidad de marcharse”.
Uno de los problemas son las oposiciones a nivel nacional, que obligan a muchos funcionarios a terminar en destinos que nadie desea, mientras que alguien que ya disponga de una vivienda ahí no tendría ese problema, por lo que consideran que la solución se puede encontrar en las oposiciones territoriales. “Cuando un auxiliar llega a Baleares viene con un sueldo que son 87,5 euros más que el sueldo mínimo interministerial en Palma, y en Ibiza, 102 más”, concluye. “Habría que replantearse el tema de los sueldos dentro de la administración, porque difícilmente te permiten vivir dignamente”.
El caso de Baleares ha sido desde hace años un aviso que el resto del Estado ha ignorado quizá porque, como sugiere el funcionario, se trataba de un rincón olvidado del país que desde la capital se veía como una excepción. En febrero, los 65.000 funcionarios de la isla consiguieron que su plus de insularidad se equiparase con el de Canarias, pero para Martorell, ese pequeño aumento “no va a conseguir que la gente se quede aquí”.
"El problema es que no todo el mundo tiene la posibilidad de rehacer su vida fuera"
Ahora, el Madrid turistificado comienza a sufrir el mismo problema: si los salarios no suben al mismo ritmo que el coste de la vida, habrá que buscar suerte en otro lugar. “El problema es que no todo el mundo tiene la posibilidad de dejar su casa y rehacer tu vida fuera e irte a una comunidad como Castilla y León donde como docente vas a cobrar 50 euros brutos menos que en Madrid pero vas a pagar en torno al 50% por la vivienda.”, concluye López. “Mientras esto se da de forma soterrada, se nos ha ido un 1,7% de funcionarios de carrera y nos vamos a encontrar con una pérdida de calidad en los servicios y más plazas sin cubrir”.
Héctor García Barnés/ Marta Ley