Las mujeres no acortan la brecha salarial a pesar de estar más formadas

El 2022 (últimes dades disponibles) la diferència de salaris entre sexes ha augmentat lleugerament respecte al 2021, situant-se en el 19,9 %.

columLa introducción de la mujer al mercado laboral ha hecho que, de forma progresiva, se redujera la diferencia de ingresos entre españoles según su sexo. Pero aún a día de hoy, ellas siguen sufriendo diferencias en la nómina.

Desde que la Agencia Tributaria aporta datos de los salarios medios anuales desglosados por edad y sexo en 2007, la brecha salarial entre hombres y mujeres ha descendido prácticamente 10 puntos porcentuales. Sin embargo, en el 2022 (últimos datos disponibles), se ha observado que esa reducción progresiva no es que haya sido menor, sino que la diferencia de salarios entre sexos ha aumentado ligeramente (0,02 puntos porcentuales) respecto a 2021 situándose en el 19,9%, rompiendo con la tendencia de la reducción que se venía dando. En concreto, las mujeres tuvieron en 2022 un salario medio de 20.138 euros brutos, unos ingresos un 3% superiores al año anterior sin contar los ERTE. Los varones, por su parte, ganaron de media 25.137 euros, un 3,9% más que en 2021.

La razón principal de esta ralentización de la brecha salarial se debe a un mal que las mujeres llevan sufriendo desde su entrada en el mercado laboral: los trabajos a tiempo parcial. Las horas trabajadas es el principal factor de desigualdad entre ambos sexos, ya que ellos trabajan de media cinco horas más a la semana en cuanto a actividades remuneradas se refiere, según la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2022.

med

Esta hipótesis se refuerza si se observan los datos actualizados por Eurostat de la brecha salarial por hora trabajada, correspondientes también al 2022. Si se analiza este dato, el gap en favor del hombre pasa del 19,9% de la Agencia Tributaria al 8,1% (cifra que exceptúa a las trabajadoras del hogar). La otra opción que ofrece Eurostat para la medición de la brecha es sacar de la ecuación a los trabajadores públicos de la Administración, Defensa y Seguridad Social. Aquí, la diferencial es del 8,7%.

De esta manera, recalcando que estos datos son por hora trabajada y no por salario medio anual como el que aporta la Agencia Tributaria, se contempla cómo las mujeres están sometidas a trabajos que no son de jornada completa y, por ende, tienen menores ingresos. Lo ratifica la EPA del cuarto trimestre de 2023, que afirma que el 73,9% de los empleos a tiempo parcial son ocupados por mujeres.

La importancia de la Formación

En igualdad de condiciones laborales, las mujeres jóvenes incluso ganan más que sus iguales masculinos. Con los datos de salario por hora trabajada de Eurostat se puede ver como ellas ingresan un 3,8% más que ellos. Este adelantamiento solo se explica por la formación en ambas cohortes, si bien en salarios medios anuales esta condición no se cumple: las jóvenes españolas de entre 18 y 25 años siguen afrontando una brecha del 17%.

Los estudios han sido tradicionalmente la garantía para un puesto de trabajo con mayores ingresos, y este es exactamente el caso de las mujeres jóvenes españolas. Ellas han aumentado ostensiblemente la cifra de egresadas en estudios superiores, hasta el punto de que en el curso 2021-2022, seis de cada diez graduados en las universidades españolas eran mujeres. En cambio, aunque los varones jóvenes también deciden realizar estudios superiores en mayor proporción que sus progenitores, lo hacen en menor porcentaje que las mujeres.

Al finalizar 2022, en las personas entre 25 y 34 años, el 57% de las mujeres tenían formación en estudios superiores, por el 44,1% de los hombres, de acuerdo con los datos del Ministerio de Universidades. Ambos porcentajes superan la media que engloba a todos los grupos de edad (37,5% de hombres y 44,7% de mujeres), lo que confirma que los jóvenes cada vez están más formados, aunque el crecimiento es mayor en ellas.

Ser madre genera Desigualdad

A pesar de que en la sociedad cada vez ha calado más el mensaje de que la mujer no tiene que ser la única encargada de los trabajos no remunerados como los cuidados o las tareas de casa, aún no se refleja en los datos. Según el Instituto de las Mujeres, en 2022, las excedencias por cuidado de hijos fueron, en su mayoría, de mujeres (88%). Un porcentaje algo menor, pero también mayoritario, sucede en las excedencias por cuidado de familiares (78,6%).

El organismo público también trata de las personas ocupadas a jornada parcial y los motivos. Es aquí donde podemos ver claras las desigualdades a la hora de tener un hijo o del cuidado de personas dependientes, ya que el 92,6% de los contratos que se reducen la jornada laboral son de mujeres. Esta cifra, desde el 2005, apenas ha disminuido 5 puntos porcentuales.

Otro de los motivos que apenas ha cambiado con el paso de los años es que ellas, en su mayoría, tienen un trabajo con jornada parcial. De acuerdo con la encuesta del Instituto de las Mujeres, ocho de cada diez contratos con horario reducido que, por voluntad propia no quieren una jornada completa son mujeres. Esto está directamente relacionado con la asignación de las tareas no remuneradas, que culturalmente han estado vinculadas con la mujer, ya que aparte del dato de los cuidados, otros datos que destacan en la encuesta son los motivos personales (74,1%). En especial, esto sucede sobre todo entre las de mayor edad, que se han incorporado tarde al mercado laboral, sin tanta formación y, por ende, obtienen trabajos más precarios y temporales.

contr

Sin embargo, una de las razones en la que más igualdad hay en cuanto a la razón por la que se tiene un trabajo a tiempo parcial es por formación. Las mujeres (55,9%), pero también los hombres (44,1%) optan por un empleo con jornada reducida para continuar cursos de enseñanza o formación. Un dato que tradicionalmente también han dominado ellas, pero siempre ha sido el más parejo de la serie histórica.

Para que ser madre no suponga un hándicap a la hora de desarrollar la carrera profesional, el Gobierno instauró en 2021 los mismos permisos por nacimiento para ambos progenitores, igualándolo a 16 semanas. Esta medida nació con doble sentido, puesto que también se buscaba mediante ella un aumento de la natalidad, en declive en España desde el pico en 2008 (519.000 nacimientos). De momento, esta equiparación no se ha transformado en más familias, sino todo lo contrario: el año pasado se registró el mínimo de nacimientos (322.000) de toda la serie, que recoge datos desde 1941, pero las cifras apuntan más a problemas económicos per se (inflación, dificultad para encontrar hogar). No obstante, es pronto para sacar conclusiones del alcance de esta regulación, que quiere ampliarse este 2024 hasta las 20 semanas.

 

Aitor Caballero Cortés

Data
Font
elEconomista.es
Tipus
Notícies dels mitjans de comunicació