El teletrabajo tiene todavía a día de hoy un recorrido muy limitado en la Administración vasca. Teniendo en cuenta el Gobierno vasco y sus organismos autónomos, apenas 900 empleados entre más de 100.000 utilizan esta fórmula. El Ejecutivo vasco ha aprobado un nuevo decreto que regula el teletrabajo para todo el personal empleado del sector público y abre la posibilidad de acceder a dos jornadas de teletrabajo semanales a aquellos empleados públicos que cumplan una serie de condiciones.
En Euskadi, alrededor de 153.000 empleados trabajan en la Administración pública, teniendo en cuenta el Gobierno vasco, sus organismos autónomos, las diputaciones, los ayuntamientos y la Administración general del Estado. El nuevo decreto aprobado por el Ejecutivo vasco no afecta a todos ellos, sino que regula las condiciones para acceder al teletrabajo para los empleados del denominado Sector Público Vasco: Gobierno vasco, organismos autónomos y entes públicos, sociedades públicas, fundaciones del sector público y consorcios del sector público. Es decir, afecta a más de 100.000 empleados.
Este nuevo decreto actualiza una regulación previa, de 2012, que por primera vez y de manera pionera reguló el teletrabajo para el personal empleado público de la Administración General de la Comunidad Autónoma de Euskadi y sus Organismos Autónomos. Ahora, 11 años después y superada una pandemia que generalizó el teletrabajo, el Ejecutivo vasco busca facilitar el acceso al teletrabajo en base a “unos mínimos comunes de referencia” que, no obstante, “permiten una posterior adaptación a las especificidades propias de cada ámbito sectorial”.
La nueva regulación establece que, con carácter general, “la jornada de trabajo de las personas teletrabajadoras” se distribuirá de manera que “dos jornadas diarias enteras se presten servicios en la modalidad de teletrabajo”, si bien para “determinados trabajos” se podrán establecer “modalidades de trabajo diferentes”.
Asimismo, el decreto especifica que “en ningún caso la jornada diaria podrá fraccionarse para su prestación en trabajo presencial y teletrabajo”.
El decreto, por otro lado, establece que el teletrabajo “tendrá carácter voluntario y reversible”, si bien los puestos de trabajo “cuya prestación efectiva solo quede garantizada con presencia física del empleado o empleada en el centro de trabajo no podrán ser ejercidos mediante esta modalidad”. Es decir, esta opción de teletrabajar no está abierta, por poner algunos ejemplos, a docentes, personal sanitario o la inmensa mayoría de ertzainas.
En esta línea, la norma especifica en base a que condiciones se determinará si un puesto es susceptible de acceder al teletrabajo: grado de digitalización, grado de autonomía general del puesto, interacción del trabajo o grado de dependencia respecto de la persona supervisora. En todo caso, resulta evidente que son muchos los puestos que exigen la presencia física del empleado.
Asimismo, la regulación plantea que en cada sector se creará una comisión de seguimiento del teletrabajo para el control y supervisión de esta modalidad laboral.
El teletrabajo fue mencionado como una de las medidas planteadas por la consejera de Trabajo y Empleo del Gobierno vasco, Idoia Mendia, de cara a “retener el talento y facilitar la conciliación”, en ese caso, en el sector privado. En concreto, Mendia planteó una experiencia piloto en empresas privadas para testar las posibilidades de generalizar la jornada de cuatro días sin reducción de salario, impulsar el teletrabajo y, en tercer lugar, favorecer la participación de los trabajadores en las decisiones estratégicas, a través de “una propuesta para ensayar la codeterminación en el lugar de trabajo”.
Por tanto, la implementación del teletrabajo en el sector privado está también en la agenda del Ejecutivo vasco.
Ander Goyoaga