Existe un debate acerca de la conveniencia de reducir o compromir la jornada laboral de los trabajadores en busca de aumentar el bienestar físico y psicológico de la ciudadanía y priorizar la conciliación y el descanso de los empleados frente a la presencia constante del trabajo en nuestras vidas. Un problema que se ha enfrentado de diversas formas como, por ejemplo, la propuesta de la semana laboral de cuatro días.
El funcionamiento en origen de la semana de cuatro días no tiene mucho misterio: se trata de quitarle un día laborable a la semana y trabajar cuatro días (32 horas) en lugar de cinco (con las tradicionales 40 horas) sin que ello suponga un recorte en el sueldo. Es decir, trabajar un día menos a la semana sin aumentar el número de horas y cobrando lo mismo.
Esta propuesta cogió vuelo de la mano de la organización Four Day Week, que se ha encargado de supervisar su funcionamiento en varios países y empresas a lo largo del mundo. Pero no en todos los lugares la semana de cuatro días se aplica de la forma en la que fue realmente concebida. Es el caso de Bélgica.
La propuesta de Bélgica para la semana laboral de cuatro días
En el país belga la propuesta que lanzó el gobierno fue diferente y se quedó a medio camino: se ofreció a los trabajadores la posibilidad de tener semanas laborales de cuatro días pero sin trabajar menos horas y, evidentemente, por el mismo salario.
Esto se podía hacer de dos formas: trabajando dos horas más cada día (un total de nueve horas y media horas al día para trabajar las 38 horas en cuatro días, la duración de la semana laboral en ese país) o acumulando horas de más durante una semana para poder disponer de ese día libre a la semana siguiente.
La medida tuvo cierta repercusión, tanto por el lado de los defensores como por los detractores de la medida: los primeros valoraron que un país europeo se abriese a la posibilidad de modificar la semana laboral para disfrutar de un día más de descanso y los segundos criticaron la forma de hacerlo, dado que no cumple con la reducción de horas semanales.
Qué ha pasado con la semana laboral de cuatro días en Bélgica
Más de un año después del anuncio del Gobierno belga y un año después de su entrada en vigor, ya se conocen los resultados de la medida...que no son precisamente buenos. De acuerdo con la información del diario Le Soir, que cita fuentes gubernamentales, tan solo un 0,5% de los trabajadores ha pedido acogerse a ese modelo de semana de cuatro días.
Una de las causas que esgrimen las mismas fuentes es que las empresas han mostrado cierta desconfianza hacia la utilidad de la medida, ya que creen que en sus estructuras organizativas no son posibles las semanas de cuatro días debido a que existen funciones que son imposibles de cubrirse con ese esquema de jornada.
En paralelo, el desconocimiento de los propios trabajadores, que a menudo no tienen la información necesaria sobre la medida y que creen que sus empresas, en el caso de solicitarlo, rechazarán sus peticiones. Otra causa de rechazo para los trabajadores es el temor a que las empresas usen esta nueva distribución de la semana a favor suya e incrementando en la práctica el número de horas trabajadas.